Como decía en el anterior post, una
serie de casualidades me han brindado la ocasión de coordinar unas Jornadas de
Acuarela, las de Priego de Córdoba, coincidiendo con su mayoría de edad, su 18ª edición, precisamente el año en que la Agrupación de Acuarelistas de
Andalucía celebra su XXV aniversario, motivo por el cual tiene el encargo de organizar el Simposio Internacional Europeo de Acuarela, de la ECWS.
Dichas jornadas están organizadas
por la concejalía de Cultura del Ayuntamiento de Priego que dirige desde hace
años Miguel Forcada, experto conocedor de todo cuanto tiene que ver con dicha población,
principalmente en el ámbito cultural y artístico, dentro del cual destaca el Museo
Adolfo Lozano Sidro, epicentro de múltiples iniciativas alrededor de la
Pintura.
He tenido el placer de saludar
personalmente al Presidente de la Agrupación de Acuarelistas de Andalucía, Elías
J. Cañas, intercambiando con él algunas reflexiones sobre luces y sombras de la
Acuarela actual, que siempre resultan interesantes.
Estas Jornadas han sido nueva oportunidad
para aproximarme a los acuarelistas de a pie, que en su mayoría son ajenos al
mundo profesional del arte, a pesar de lo cual iban cargados de motivación, ilusiones,
cómo no también de dudas sobre el mejor modo de resolver las dificultades que
se nos presentan ante nuestros caballetes.
La singular belleza de Priego, el refinadísimo barroquismo de sus iglesias, la variedad y complejidad de sus fuentes, el
bullicio propio de las primeras procesiones de Semana Santa no preludiaban
condiciones nada fáciles. Tampoco lo eran algunos bodegones montados en medio
de luces omnidireccionales, a los que se añadían la complejidad de esas flores
minúsculas, dispersas o en ramilletes, que parecen reclamar a gritos reservas
con máscara y posteriores salpicaduras, ya que de otro modo son prácticamente imposibles de resolver.
A pesar de todas estas
dificultades, se ha procurado en todo momento mantener el ánimo de aquellos acuarelistas
con menos horas de vuelo, que en algún momento flaqueaban en el camino, aunque éste
no condujera siempre a resultados exitosos. Ya habíamos convenido en que el
propio camino era en cierta manera el verdadero objetivo, como tan nítidamente
han expresado tantos poetas, pensamiento que encierra grandes dosis de
sabiduría humana.
Me ha sorprendido agradablemente
la atención y la dedicación que mostraban ante cada uno de los trabajos que
tenían entre manos, confirmando esa característica que ya ha sido comentada en
alguna ocasión más en este espacio: la fascinación, la adicción que la acuarela
genera entre sus seguidores.
Aun me ha sorprendido más el
interés que han mostrado ante unas sesiones que se han dedicado a reflexionar en
voz alta, siguiendo el hilo de unos Power Points preparados a tal fin, lo que
me ha confirmado que en este tipo de Jornadas, en principio eminentemente
prácticas, caben también contenidos de tipo teórico, complementarios a la
realización de algunas demostraciones de unas determinadas formas de pintar, de
mostrar nuestros recursos de tipo técnico, algún truco que podamos compartir…
Dichas sesiones se estructuraron
en tres partes: La primera de ellas, “¿Qué hace una persona como tú en un sitio
como este?”, estaba dedicada a reflexionar sobre por qué pinto, por qué pinto
esto, por qué pinto así. La segunda, “Conocerla es quererla”, se trataba de una
aproximación rápida a la Acuarela, con sus ventajas y sus inconvenientes.
Finalmente, en la tercera, “¿Qué quiero ser de mayor?” se discurría sobre el
futuro, algo así como decir “Bueno y a partir de ahora, ¿qué hacemos?”.
Aunque no pueda reproducirse el
contenido de los comentarios de los coloquios posteriores, sí que se añadirán
en próximas entradas los contenidos de estas sesiones.
***
Porque estoy convencido de que
siempre es conveniente ser consciente de lo que hacemos. Y como es evidente que
lo que hacemos depende en gran medida de lo que pensamos, hay que convenir en
que pensar siempre nos va a ser útil.
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